lunes, 27 de febrero de 2006

Sunday bloody Sunday


Domingo 26 de febrero, Estadio Nacional de Santiago de Chile, 9 y 40 de la noche. Se apagan las luces del Nacional y se ilumina el escenario, ahí están Larry Mullen, en la batería, Adam Clayton en el bajo y el legendario The Edge en la guitarra. La gente enloquece cuando por el lateral aparece Bono, el dios, vistiendo una casaca con los colores de la bandera chilena. Se escuchan los acordes de “City of blinding lights” y empieza el show...

En ese momento sentí que valió la pena... valió la pena vivir en Chile solo por tener el privilegio de estar presente en semejante espectáculo, valió la pena los meses de espera, valió la pena las 5 horas de cola para comprar las entradas, valió la pena los amargones con Ripley y DG Medios, valió la pena las otras cinco horas de espera en el Nacional, valió la pena absolutamente todo detalle relacionado con el asunto, solo por poder estar ahí, en ese momento y en ese lugar.


Segunda canción, “Vertigo”, la que da nombre al tour, empieza la batería de Mullen y las 77 mil almas del Nacional, fueron una sola voz “ Un, dos, tres, catorce!!!!!... hello, hello hola!”. Luego yo misma me sorprendí saltando y gritando como loca en “Elevation”. Después de “Until the end of the world”, vino la recontra clásica “New Years Day”, ufffffff, mi mente se remontó 20 años atrás, a ese verano de 1986 en que a mis 13 años, recibí de regalo un cassete grabado con el título “U2-War”, qué grupo es este??, pensé en ese momento... qué me iba a imaginar que ese grupo se convertiría en uno de los más grandes y que sus canciones serían himnos, grabados en el inconsciente colectivo de generaciones...

Luego, vino mi sorpresa particular, mi canción favorita, la que sólo tocaron en algunos conciertos del tour, la que esperaba que canten con todo mi corazón, por la cual prometí y amenacé llorar si la tocaban... y la tocaron, gracias Bono, yo se que lo hiciste por mí (fuiiiiiiiiira!!), I stiiiiiiiiiiiiiiill haven´t fooouuund, what I´m looking fooooooooooor (canten conmigo por favor, o “canten con amigo” como dijo Bono en su masticado español). Por supuesto que mi amenaza fue cumplida: lloré, huachafa yo??, naaaaaah, emocionadísima nomás.

Siguieron:"Beautiful day”, “The first time”, “Sometimes you can‘t make it on your own”, canción que Bono dedicó a su padre, luego "Love and peace or else" y la genial "Sunday bloody sunday". Mientras duró esta canción, en la pantalla gigante detrás del escenario se proyectó la palabra “Coexista”, con los símbolos de las religiones cristiana, musulmana y judía (la cruz, la luna y la estrella). Luego Bono sube a un niño de unos 14 años al escenario y le pide que repita con él las palabras “no more”, (no más guerras, no más pobreza, no más injusticia, no más intolerancia, toda la filosofía que el grupo acostumbra transmitir). Yo creo que ese chibolo ya debe tener algo para contarle a sus nietos:

Bono: No more!!
77 mil puntas: No more!!!
Chibolo (con voz temblorosa): No more!
77 mil puntas de nuevo: No more!!!!!!

Se imaginan?, realmente fue uno de los momentos más emotivos del concierto.

Luego el espectáculo se volvió más feeling aún, siguió "Bullet the blue sky" , donde Bono prendió una antorcha en pleno escenario, "Miss Sarajevo" en la que no fue necesario tener a Pavarotti de partner, la voz de Bono desgarró y conmovió hasta el alma. Siguió la inmortal “Pride (In the name of love)”, cantada a gritos por todo el estadio, luego, en “Where the streets have no name”, proyectaron las banderas de los países latinoamericanos. Eso fue el punto negro del concierto, se olvidaron de Perú, los peruanos que estábamos ahí no éramos pocos, aparte de los que vivimos acá, hubo cualquier cantidad de gente de Lima que viajó especialmente para el concierto, y la bandera peruana nunca apareció, y yo que me había ido vestida con mi polo de “Te amo Perú”, dispuesta a chillar como loca apenas salga mi querida bandera, nada, me quedé con las ganas y estoy pensando seriamente, (y no soy la única), escribir una carta al grupo diciéndoles: Ok chicos, su concierto realmente muy bonito y todo lo que quieran, pero ustedes que andan tan comprometidos con las causas sociales, deberían saber que existe un hermoso país llamado Perú, que ha sufrido de alma con el terrorismo y realmente deberían tenerlo en cuenta, y no solo digo proyectar su bandera en los conciertos, sino hacer una gira por allá, que si tanta gente viajó de Lima a Santiago para verlos, yo creo que en Lima de hecho conseguirían llenar un estadio. He dicho.

Bueno, siguiendo con los momentos feelings, proyectaron en la pantalla los artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, lo cual provocó la euforia del público, sobre todo en el momento en que hablan de las torturas a los seres humanos, tomando en cuenta que el concierto se llevó a cabo en el Estadio Nacional, que significa tanto para la historia de Chile, pero como dijo el mismo Bono en algún momento: “ Si habían algunos espíritus malos en este lugar, ya se fueron”. Luego de que Bono pidió “Can you light on your cell phones please”, todo el estadio se llenó de luces blancas y azules... yo como loca con mi celular prendido en la mano, escuché los acordes de la inmortal “One”. Segundo llanto de la noche (bueno, unas cuantas lagrimillas de emoción), realmente era sobrecogedor ver las luces de los celulares prendidas y escuchar a la gente cantar a gritos y al borde de las lágrimas:

“ Well it´s too late
Tonight
To drag the past out
Into the light
We´re one
But we´re not the same
We get to carry each other
Carry each other
One”

Realmente magistral la interpretación, y con esa supuestamente cerraron el concierto, se despidieron y se fueron entre los gritos de la multitud y el pedido de más canciones. Duró poco el cierre del concierto, a los 3 minutos salieron nuevamente y tocaron “Zoo station”, “The fly”, "Mysterious ways" y el prácticamente himno "With or without you", creo que no necesito describir la reacción del público, sobre todo con las dos últimas canciones...


Nuevamente hicieron la finta de que “ya nos vamos”, y regresaron al toque cantando “Mothers of the dissapeared”, en la cual The Edge tocó un charanguito que le había sido regalado esa misma tarde por el presidente Lagos. Cerraron definitivamente con “Yahweh" y "All I want is you".

En resumen 23 canciones y 2 horas y 20 minutos de delirio. Realmente fue un concierto inolvidable, al cual no se me ocurre cual otro concierto podría superarlo. Como me dijo mi esposo al salir del Estadio: “Ya vimos a U2, podemos morir tranquilos”.

Nota 1: Fotos sacadas de Emol online

Nota 2: Tengo varias fotos que tomamos con el celular y el audio que grabamos con la palm, todavía no los he bajado a la compu, así que posteriormente actualizaré este post con ese material.

viernes, 24 de febrero de 2006

Acerca de despedidas y blogsperú

Dicen que las despedidas son muy tristes... es cierto. Ayer mi suegra regresó a Lima y realmente me dio mucha pena verla partir. Comprendí muy bien el dolor de mi esposo, el mismo que yo sentí semanas atrás cuando vi partir a mi hermano. Una vez que me despedí de él entre bromas y con un gran abrazo, di media vuelta y no pude contener las lágrimas en todo el trayecto terminal-casa.

Duele despedirse de la gente que amas, sobre todo cuando no tienes la menor idea de cuándo volverás a verlos. Hace año y medio, cuando recibí la visita de toda mi familia (papá, mamá, hermanos) fue la misma historia cuando partieron, una pena inmensa... Quizá no me pasa lo mismo las veces que yo he ido a Lima, de repente porque, aunque cueste admitirlo, mi vida ya está acá, y es diferente viajar en plan de visita, que tener a tus seres queridos en tu propio espacio, compartiendo tu vida diaria, eso es más fuerte...

En fin... es el costo de vivir fuera, solo puedo agregar que las dos semanas que estuvo mi suegra por acá, fueron bastante provechosas para ambas, pudimos conocernos mucho mejor y obviamente ver a mi esposo feliz, no tiene precio...

Cambiando radicalmente de tema les contaré que en un arranque de figuretismo, decidí inscribir este humilde blog en blogsperú, si pues, yo también quería ser parte del grupo de bloggers peruanos, leo regularmente muchos blogs peruanos, así que prácticamente ya me consideraba parte del grupo (de lo más acollerada yo). Ahora, se supone que tengo que poner un botón en mi template pero realmente he estado intentándolo y no me liga... así que para no complicarme pongo el botón acá, ok??


Ya está, espero que así esté bien, ahora a regresar a mi vida de siempre y a prepararme para el concierto de U2 el domingo!!

lunes, 6 de febrero de 2006

Historias

Este mes estoy de lo más visitada. Hace poco mi hermano estuvo por acá y mañana mi suegra llega de visita por dos semanas.

Como corresponde, dado que es la primera vez que mi suegra va a venir por acá, a chequear en vivo y en directo como vive su retoño, como buena esposa y nuera que soy (ejem, ejem), he tenido que llevar a cabo un extreme makeover reconstrucción total de urgencia en la casa, para que todo esté impecable y funcione a las mil maravillas.

Como mi departamento es alfombrado y realmente la alfombra estaba hecha una mugre, llamé a una empresa de limpieza para que hagan el trabajito. Así que hoy por la tarde llegó un muchachito de unos 20 años aproximadamente, armado con dos maquinotas de limpieza. Estuvo como tres horas haciendo su trabajo calladito y afanoso, y hay que admitirlo, dejó la alfombra impecable.

Cuando terminó de limpiar le ofrecí un vaso de refresco, el cual aceptó mientras miraba atentamente un cuadro que tengo colgado en mi comedor, que es una escena campesina que mis papás compraron en San Pedro de Cajas y que luego trajeron a Chile como regalo. Después de observar la pintura, el muchachito me preguntó:

- Usted es peruana señora?
- Si, soy peruana
- De donde?
- De Lima
- Ah, yo soy de Huacho, conoce??

Pues claro que conozco Huacho!, me sorprendió y me alegró mucho saber que el chico que tan bien había hecho su trabajo, era un compatriota, así que empecé a preguntarle sobre su vida.

Llevaba en Chile un año y medio, vino como tantos otros en busca de una mejor oportunidad, ya que en Perú no veía la forma de surgir. Entró a trabajar acá como obrero de construcción, pero no le fue muy bien (mucho racismo señora), y después encontró trabajo en esta empresa de limpieza, donde estaba contento, había hecho amigos y lo trataban muy bien. Con lo poco que estaba ahorrando quería comprarle un pasaje a su mamá, ...porque en Perú no pasa nada, señora...

Cuántas historias de este tipo existirán... Los peruanos que estamos en Chile pertenecemos a la colonia más grande de extranjeros en este país... hay muchos peruanos que acá están super bien, trabajando en cargos gerenciales en grandes empresas, viviendo en las mejores zonas de Santiago y siendo parte de la clase alta o media-alta de la sociedad santiaguina... pero también están los otros, los que llegan persiguiendo un sueño, los que piensan que acá les va a ir mejor que en Perú, y a veces lo logran, pero a veces no...

En el centro de Santiago, junto a la Catedral hay una zona que se conoce como “La pequeña Lima”. El nombre es debido a que en esa calle se concentra gran cantidad de peruanos, mayormente de ciudades del norte tipo Chimbote, Huacho o Trujillo (así que lo de pequeña Lima no viene mucho al caso). También encuentras en esta calle negocios peruanos, como venta de tarjetas Hola Perú, o bodeguitas donde venden ají amarillo, Inca Kola, Sublimes y hasta panetón D`onofrio. Yo he ido muchas veces a esta calle a conseguir estos productos, y cada vez que paso por ahí no puedo evitar que el corazón se me encoja viendo la inmensa cantidad de compatriotas sentados en fila, ofreciendo sus trabajos como obreros de construcción, empleadas domésticas, etc...

En sus rostros hay esperanza por mandar a fin de mes aunque sea algo de plata para los hijos que quedaron allá, para la esposa, para la mamá... Hay esperanza pero también hay amargura, por tener que buscarse el pan en un país extraño, que no siempre es amigable cuando hay necesidad, por haber dejado su tierra y sus costumbres, en busca de un sueño, de una oportunidad que su propio país no les pudo dar...

Imagen: Con tinta negra

viernes, 3 de febrero de 2006

Graffitera por un día

Ayer acepté una invitación de mi hermano para unirme a la aventura de pintar por las calles santiaguinas.

Acepté por tres cosas:

1. Porque mi hermano era uno de los que iba a pintar y quería verlo en acción, ya que nunca había tenido la oportunidad de verlo antes.
2. Porque sentía curiosidad por ver la técnica del graffiti.
3. Porque estaba soberanamente aburrida en mi casa y una invitación a vivir una nueva experiencia es siempre bienvenida.

Así que chapé cartera y salí tal cual estaba vestida a unirme a la aventura graffitera. Mi hermano discretamente me sugirió que mejor me pusiera un polo y zapatillas porque de repente íbamos a caminar mucho “...y de repente te puedes cansar”. “Naaaah”, dije yo, “no problem, salgamos de una vez para no perder más tiempo...” dado que ya eran las 7 de la tarde y quedaban unas escasas dos horas de luz (sí, acá anochece a las 9 en verano).

Muy feliz yo, me trepé al metro, acompañada de mi hermano y su amigo, en dirección al barrio Bellavista, célebre por los innumerables graffitis de todo tipo que adornan sus muros (o ensucian según sea el caso).

Llegando a Bellavista mi hermano se encuentra con dos amigos. Era una parejita de graffiteros chilenos a la que habían conocido días atrás en esta especie de convención que nombré en mi post anterior. Ellos también se unieron a la aventura y seguimos caminando felices los 5 en busca del objetivo: encontrar un muro en el cual pintar.

Debo aclarar que acá las cosas se hacen a la firme, nada de, cual pirañas, elegir cualquier muro y pintarrajearlo sin consentimiento de los dueños, no, no, no. Si los pacos = tombos = carabineros = policías te encuentran haciendo esa gracia pues te vas pa´ dentro sin opción a comprarle una rifita al paco o darle un sencillito para su completo*.

Así que a pedir permiso se ha dicho... Yo caminaba bastante escéptica de que finalmente pudieran pintar algo ya que pronto se iba a ir la luz y sabe Dios cuánto tiempo se demorarían en conseguir un permiso, pero para mi sorpresa fue infinitamente más fácil de lo que esperaba.

El primer intento fue en un garaje donde había un camión destartalado al que pronto se lo iban a llevar como chatarra. La idea era pintar el camión, pero el viejito encargado del local, de lo más apenado nos dijo que ese camión se lo iban a llevar mañana, y que de repente los dueños se molestaban, que si hubiera sido suyo el camión con todo gusto y un poco más se arrodilla y nos pide disculpas (juat??, tan fácil era???).

El segundo objetivo fue la sede de la junta vecinal de Bellavista. Esta era una casa antigua, que ya había sido atacada por bandas de graffiteros que en vez de dejar algún dibujo original habían optado por dejar sus ilegibles firmas afeando el lugar. El encargado de relaciones públicas del grupo, llámese mi hermano, se acercó al presidente de la Junta de Vecinos, y le ofreció amablemente pintar su fachada con algún simpático y colorido dibujo, mientras que le ofrecía su catálogo de pinturas. El señor presidente luego de hojear un rato el catálogo, afirmó que le gustaría que le pintaran un diseño que sea positivo y que refleje amistad y acto seguido preguntó “Cuánto me va a costar?”. Segundo “juat????”, realmente acá si valoran lo que hacen estos chicos pensé, y en Lima los tratan como pandilleros sin importarles que estén pintando un muro con todos los permisos habidos y por haber. Por supuesto que uno de ellos ya se estaba apuntando con lo de “ si querí le hacemos un presupuesto...”, pero no era la idea, ellos estaban ahí por el simple placer de pintar.

Bueno, la cosa es que empezaron con la pintadera, el señor presidente como que me miraba extrañado con cara de “y esta, que pinta acá?”. Obvio, yo no pintaba nada ahí, primero porque el olor de la pintura me estaba mareando y me chupé de pintar alguito ya que veía a los artistas tan concentrados... y segundo tampoco pintaba nada porque soy varios años mayor que los artistas y estaba vestida bien a la chompita de hilo y a las sandalias con taco, o sea, como que no encajaba en el grupo no? (debí hacerle caso a mi hermano).

Así que opté por ser la paparazzi y me dediqué a tomar fotos y a observar el proceso. Me pareció bastante interesante... dependiendo de la distancia y el ángulo que se coloque el spray, se logran trazos distintos, se pueden ir mezclando colores en el aire y lo que más me llamó la atención es que primero pintan el interior del dibujo y al final recién dibujan el contorno, obviamente cada técnica debe tener su nombrecito específico, pero para una total ignorante en la materia como yo, todo lo que vi me pareció super novedoso...

Después de una hora el resultado fue un bonito y colorido mural con mariposas, jirafas, otros animalitos, plantitas por allí y por allá , todo en onda peace and love armonía, hermandad y felicidad. En la firma respectiva pusieron los nombres de los 4 y al lado su nacionalidad, Chile y Perú, lo cual me pareció un bonito y original símbolo de unión entre los dos países (viva la unión latinoamericana!!). El presidente feliz, le encantó el dibujo, hasta un señor que pasaba por ahí se acercó a felicitarlos y a contarles que el era profesor de pintura y toda la nota. O sea: halagos por aquí y por allá.

De regreso a casa me quedé pensando que en Lima se deberían ofrecer más espacios para que los graffiteros se expresen, darles más apoyo, en vez de tener tanto muro pelado y feo podrían adornarlo con dibujos, respetando eso sí el ornato de la ciudad, y de paso posiblemente se reduciría el número de graffiteros que pintan en propiedades privadas sin ninguna autorización... no se, son reflexiones al aire que rescato de esta ilustrativa nueva experiencia en mi vida.

* Completo: dícese del sándwich originario de Chile que consta de pan, salchicha o vienesa, palta, mayonesa y no se qué otras cosas más.

El antes y el después

Imágenes: Ursula