lunes, 30 de abril de 2007

El último día que tuve 34

Digamos que fue un poco caótico...

Todo estaba planificado perfectamente para un super almuerzo italiano que se realizaría el sábado, con motivo de mi cumplemenos y que tendría como invitados especiales a mami y papi que llegarían de Lima esa madrugada.

El destino empezó a confabular en mi contra desde el martes en que pillé un super resfriado que me tenía estordunando cada dos segundos y gastando toneladas de paquetes de kleenex. Para el viernes ya tenía la nariz totalmente irritada de tanto sonarme pero esa fue una desgracia menor realmente. El viernes abrí los ojos a la luz del día y aaaaaaaaaay!!, sentí como si a mi ojo derecho le hubieran clavado mil alfileres al mismo tiempo. Horrible, no podía ni abrir el ojo, me dolía mucho y me lagrimeaba. Tuve que tenerlo cerrado una media hora para que pase un poco la molestia y ahí dejó de fastidiar un poco. Me puse mis lentes de montura porque no me atreví a ponerme los de contacto y saqué el carro con destino al super a abastecerme de material bebestible para la super celebración del día siguiente.

Ni bien salí a la luz del día, el ojo se me volvió a cerrar, así que he tenido que manejar totalmente tuerta al super, y tratando de no ir muy rápido. Ya en la casa empezó la cocinadera para el día siguiente, tenía que hacer pesto y me di cuenta que no tenía suficiente albahaca. Me fui a comprar al minimarket de la esquina y a pesar de que tenía lentes oscuros no soportaba la luz del sol. Llegué a la tienda en calidad de Cuasimodo con los ojos prácticamente cerrados.

Ya de regreso en mi casa, cociné, ordené y limpié la casa con toda la tuertedad encima y llorando por un solo ojo todo el rato. Luego que la casa estuvo lista me tocó el acicalamiento personal. Tenía que teñirme el pelo que ya estaba bastante impresentable y de ahí volar a la manicurista y a la peluquería para estar regia cuando lleguen mis papás.

Me puse el tinte, y me parece que lo dejé un poco más de tiempo del normal, porque cuando me lavé el pelo, quedó de color naranja. Horror de los horrores, quedé roooobia con toques naranjones pero ya era demasiado tarde para solucionarlo. Volé a la peluquería, las peluqueras me dijeron mi vida por haberme dejado el pelo de ese color, y yo entre la tuertedad, mi desastre peluqueril, y el hecho de que sólo tenía en el estómago el té del desayuno porque ni tiempo tuve de almorzar, pensaba que realmente los 34 no habían sido de los mejores años que haya tenido en mi vida y que se estaban despidiendo de una forma como para que nunca en mi vida extrañe haber tenido 34 años.

Llegué a mi casa, seguía tuerta, muerta de hambre, con el pelo naranja pero eso sí bien peinadito. Y recibo una llamada de mi papi a quien en ese momento ya lo imaginaba volando hacia Santiago, diciéndome que su vuelo se iba a retrasar y que llegaban a las 5 de la mañana en el mejor de los casos. Noooooooo, que le pasa a Lan?? esas cosas no se hacen!, porfa Tizia y Ana Lucía, reclamen, muevan sus contactos. Yo ya me imaginaba que iba a celebrar mi cumple sin mis papis y me estaba poniendo muy muy triste, pero lo bueno es que finalmente sí llegaron a las 5 de la mañana gracias a que consiguieron que los pusieran en otro vuelo.

Así que finalmente mi cumple la pasé lindo, el sábado ya no me dolía el ojo y hasta ya me acostumbré al nuevo color de mi pelo. Puede compartir con mis papis, después de muchos cumpleaños sin ellos, el almuerzo quedó riquísimo y mis amigos se divirtieron mucho.

Los 35 empiezan bien, no lo puedo negar. Espero que este sea un buen año. Y a todos aquellos que me enviaron tarjetas o mails saludándome (ustedes saben quienes son) quiero agradecerles muchísimo, me emocionó hasta las lágrimas recibir tanto cariño, de verdad, gracias chicos, se pasaron!

Y para despedirme, algunas imágenes de la vida en estos 35 años.


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Primer cumpleaños, aprendiendo a caminar...

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A los 5 años, disfrazada de vaquera, con mi mami

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A los 10 años, con mi hermanita Jime

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A los 15, con mi amiga Vero

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A los 20, re flaca y con peinado a lo Capitán Cavernícola

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A los 25 con mi mami y mi Tota

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Cumpleaños 30, con los papis....


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A los 35, tomada el día de hoy, con mi papi en el centro...

Estoy igualita no??? (fuiiiiiiiiiiiiiiiiiira)

martes, 24 de abril de 2007

10 cosas que he descubierto el último año

1. Que uno puede estar en los mid thirties y sentir que todavía le falta mucho por vivir, pero al mismo tiempo la certeza de que a esa edad ya debería haber vivido muchas otras cosas dejan un cierto sabor de fracaso y estancamiento.

2. Que ya estoy en la terrible edad en la que es imposible salir a la calle con la cara lavada. Tengo que ponerme aunque sea un poquito de maquillaje si no quiero correr el riesgo de espantar hasta al gato del vecino.

3. Que el matrimonio debe ser la empresa más difícil que los seres humanos emprenden y tener éxito en esta requiere de mucha dedicación, comprensión y de dosis desmesuradas de amor.

4. Que el haber empezado a manejar después de los 30 me pone en total desventaja ante los que conducen desde muy jóvenes. Jamás seré tan osada, no dejaré de sujetar el timón fuertemente con las dos manos y ya está decidido que el próximo auto tendrá que ser de suspensión alta para no seguir reventando las llantas.

5. Que conocer personas por Internet no necesariamente implica que te vas a exponer a degenerados, violadores o conflictuados. Por el contrario, he descubierto que realmente se puede hacer grandes amigos por este medio, que incluso a veces sientes más cercanos que tus amigos de la “vida real”.

6. Que el hecho de escribir sobre mi vida y sobre lo que me pasa es un paliativo contra la soledad. Recibir comentarios en mi blog me hacen sentir acompañada y me encanta leer sus opiniones y consejos.

7. Que nunca es tarde para aprender y descubrir nuevas cosas que le pongan color a la vida y estimulen un poco el cerebro y la creatividad.

8. Que a veces no importa cuanto entusiasmo o empeño le pongas a la búsqueda de tus sueños, ya que hay factores externos contra los cuales te estrellas y te impiden avanzar. Pero la clave está en seguir avanzando y estrellarse cuantas veces sea necesario.

9. Que la salud es un bien invalorable y hay que cuidarla mucho ya que nadie está libre de pillar alguna enfermedad indeseable que te limite la vida, te corte las ilusiones y te haga pensar cosas horribles sobre el futuro.

10. Que si miro hacia atrás y pudiera cambiar algunas cosas de mi vida de repente lo haría pero cuando pienso en las experiencias que he vivido y me doy cuenta que estas me han convertido en la persona que soy actualmente, cambio de opinión. No cambiaría nada, ya que a pesar de todo me sigo gustando a mí misma, y creo que eso es lo más importante.

Y nada, esa fue una reflexión pre-cumpleañera antes de los 35.

miércoles, 18 de abril de 2007

Permiso para sentir


“La nostalgia surge siempre de lo irrecuperable, pero posee al mismo tiempo una asombrosa carga de vida latente que la hace mucho más compleja que el recuerdo. Este, en efecto, sólo puede ser bueno, malo, regular o indiferente, y, a lo más, alegre o doloroso. Pero está ahí, existe mientras no se lo trague el olvido. La nostalgia, en cambio, nos invade cuando el hecho que la motiva es irrecuperable o irremediable. O cuando fue mal vivido, vivido a medias o mal comprendido.”


Confieso sin roche alguno amar locamente a Alfredo Bryce. Desde que leí “Un Mundo para Julius”, cuando tenía 13 años, mi devoción por él se vio asegurada. Y este amor se incrementó al leer “La vida exagerada de Martín Romaña”, “Tantas veces Pedro” o “No me esperen en Abril”, entre otros más. Su ternura y su fina ironía me cautivaron totalmente hasta el día de hoy.

Últimamente el querido escritor ha estado recibiendo acusaciones que ya muchos conocemos. Yo me enteré tarde de la noticia (la culpa de todo la tiene la PC que se malogró) y no puedo negar el haber sentido una profunda tristeza. Mi dios se me cayó por un momento, pero en todo caso habría que separar al escritor del ser humano. Haya hecho lo que haya hecho, con plagio o sin plagio, nadie le quita el haber escrito unos libros geniales y entrañables, y la sola insinuación de que también aquellos libros tengan algo de plagio me parece mezquino. En fin, la idea de este post no era tocar este tema porque ya se ha hablado bastante al respecto y no tengo mucho que aportar además de mi infinita sorpresa-tristeza.

Siempre he querido conocerlo personalmente, y una vez casi lo logré. Era el año 1999, y Bryce acababa de hacer su tan celebrado retorno al Perú después de 35 años viviendo en Europa. En ese entonces yo trabajaba en el noticiero de un canal de televisión y mi horario de trabajo terminaba a las 10 de la noche al finalizar el noticiero. Pero ese día decidí quedarme, ya que después del noticiero venía un conocido programa de entrevistas y esa noche el invitado sería Bryce. Yo había llevado mi ejemplar tantas veces leído de “Un Mundo para Julius” y estaba totalmente decidida a no salir del canal hasta meterle letra a Bryce y conseguir una firma para mi libro.

Cuando finalmente Bryce entró al estudio, mis planes se vieron frustrados. Parece que ese día se tomó unos cuantos vodka tonics de más (todos sabemos de qué pie cojea nuestro escritor) y llegó al canal en estado deplorable ayudado por dos señoras. Imposible acercarme a él en ese estado, sobre todo cuando intentaron darle agua y ponerle un poco de maquillaje en un vano afán de revivirlo para la entrevista que se realizaría en 5 minutos.

Y empezó la entrevista, y fue un fracaso total, el conductor del programa no le pudo sacar más de dos palabras coherentes a Bryce y la entrevista que estaba planificada para que dure el programa entero sólo pudo durar un bloque. En el corte comercial las señoras se tuvieron que llevar al escritor prácticamente cargado, y yo me tuve que ir a mi casa con mi libro tan sin firma como llegó y muriéndome de pena.

Años después, sería el 2004 o 2005, estaba yo en el aeropuerto de Lima dirigiéndome a la sala de embarque donde tomaría mi vuelo para regresar a Santiago, cuando en eso lo vi. Estaba sentado en uno de los cafés del aeropuerto, conversando con una señora, su esposa de repente, no se… Me quedé inmóvil, paralizada mirándolo y decidiendo qué hacer. En ese momento no tenía ningún libro suyo conmigo así que el pretexto de la firma no me iba a funcionar. Y entonces me sentí Julius, Martín Romaña y Manongo Sterne. Me vino una timidez total y absoluta y visualicé el momento en que yo, roja como un tomate me acercaría a saludar al escritor, y éste tan tímido como sus personajes me miraría con cara de “Y esta quien es que viene a interrumpir mi agradable conversación”, que decidí no hacer nada, le di una última mirada a mi ídolo de ídolos y seguí caminando hacia mi sala de embarque, snif.

Esa fue la triste historia de mis encuentros frustrados con mi escritor favorito. Y para variar me salí del tema ya que lo que yo quería es contar que recién terminé de leer la segunda parte de sus antimemorias “Permiso para sentir”. Este libro es del 2005 así que lo leo re tarde y seguro muchos de ustedes ya lo leyeron pero igual quería opinar al respecto.

El libro se divide en dos partes. En la primera sigue la línea del primer tomo de sus antimemorias “Permiso para vivir”, publicada en 1993. Es decir, anécdotas de su vida, de su niñez, de sus amigos, narradas separadamente y en orden aleatorio. Una especie de blog digamos, siempre con el toque de humor, ironía y ternura que caracteriza al escritor.

Pero lo que me tocó hondo fue la segunda parte. En esta narra su regreso al Perú en 1999 luego de su larguísima estadía en Europa, sus impresiones sobre cómo encontró el país después de su ausencia y la sorpresa y desazón que sintió al llegar a un Perú tan distinto del que dejó en los 60´s.

Es una narración que lleva mucho de amargura y de denuncia con nombre y apellido de algunos personajes limeños. También hay mucha crítica política, le da con palo al gobierno de aquellos años (el recordado Fujimontesinismo) lo cual me sorprendió sobremanera, no por su postura política en sí, sino porque Bryce siempre se había mantenido medianamente apolítico en sus libros. Sentí inclusive al leerlo una cuota de cinismo, de menosprecio por la nueva Lima del siglo XXI. Si bien la ironía siempre ha sido un recurso que ha caracterizado a Bryce, esta vez la sentí amarga, áspera.

Pero no deja de ser interesante como una persona se puede pasar más de tres décadas fuera de su patria, extrañándola a muerte y viviendo diariamente con la nostalgia, y en el momento de regresar se sienta perdido, extranjero en su tierra, un apátrida.

Y me hace preguntar qué tan fuerte puede ser el desarraigo, qué tan difícil es regresar a la patria después de cuatro años, diez años, treinta años… y sentí miedo y sentí pena y sentí desazón pero sobre todo sentí nostalgia.

Y ahí entendí por qué Bryce le puso ese título a sus antimemorias.

jueves, 12 de abril de 2007

Cual Ave Fénix...

…renazco de mis cenizas y vuelvo a postear después de más de dos semanas de ausencia…

Realmente la que renació de sus cenizas fue mi PC que ahora está totalmente reloaded con nuevo procesador, nuevo mainboard y nueva memoria. Recién ayer me la entregó el técnico después de más de 10 días en el taller. Por fin!, canten todos conmigo: Gloooria gloria Aleluya!!! Está rejuvenecida la PC se siente lo máximo y está con todas las pilas después de sus largas vacaciones. Ojalá que te duren las pilas nomás mamita y no te vuelvas a malograr que ya bastante he sufrido durante un mes prácticamente desconectada.

En estos días sin PC me acordé que en la casa tengo un aparato llamado televisión que en cierta forma te proporciona el entretenimiento que encuentras en Internet. Pues recurrí a la tele como forma de distracción y me he vuelto re fanática del programa Extreme Makeover Reconstrucción Total. Claro, es un reality, pero un reality bacán, se escoge a una familia y le renuevan totalmente su casa en 7 días y se la dejan increíble!!!. He estado pegadaza a ese programa, emocionándome hasta las lágrimas cuando la familia ve su nueva casa construida, va todos los días por People and Arts a las 12 del día, 11 de la mañana en Perú y ya los otros países saquen el cálculo.

También les cuento que hace unos días fui con mi esposo a conocer una nueva sanguchería peruana que han abierto por acá, llamada “Los Pecados del Inca”. Me comí una butifarraza con una Inca Kola que casi me hacen shorar de la emoción, pero lo más anecdótico era que en el local había una tele grandota y estaban dando el programa de Magaly Medina. Debo aclarar que por acá no llega nada de la televisión peruana, y si bien a Magaly Medina siempre la he considerado una brujilda total, igual fue divertidísimo ver su programa después de mil años, enterarme de todos los entripados de las vedettes peruanas y descubrir nuevos personajes de la farándula nacional. Fue como estar en Lima por un momento. Tengo pendiente regresar un domingo porque sirven desayunos con tamal, chicharrón y camote frito, ñami…

Como última novedad les cuento que tengo aproximadamente 30 nuevas mascotitas. Son unos pececitos que hemos adquirido recientemente. Mi esposo hace años que quería tener una pecera, y yo hace años que me venía haciendo la loca respecto al tema, hasta que un amigo suyo que se mudaba estaba rematando su pecera con peces incluidos, y ya pues, no pude hacer nada por evitarlo. Pero confieso que ya les agarré cariñito a los peces, me quedo horas mirándolos nadar y hasta me siento un poco acompañada ya que los únicos seres vivientes que están en mi casa durante el día somos las plantas y yo.

Hasta ya les puse nombre a algunos peces, por ejemplo está Ojo Loco Moody, que es un pez que tiene los ojos saltones, están Tico y Tuco que son dos pececitos rayados tipo Nemo, está Stinky que es el pez basurero que se come las suciedades de la pecera, está Elmo, un pez rojo que fue bautizado por mi sobrinita postiza Camila de dos añitos y estaba Chupa Vidrios, que era un pez que se la pasaba pegado a los vidrios, a las plantas, a las piedras o a lo que fuera. Y hablo en pasado porque el pobre Chupa Vidrios pasó a mejor vida hace algunos días. Ya me habían advertido que los peces se morían a cada rato pero nunca me imaginé que tan pronto!!!. La noche que llegamos de la sanguchería vimos a Chupa Vidrios tirado sobre las piedras, me pareció un poco extraño pero la verdad es que Chupa Vidrios nunca nadaba siempre estaba echado sobre algo, pero esta vez no estaba chupando nada. A la mañana siguiente confirmamos la triste noticia, Chupa Vidrios estaba muerto. Noooooooooo, por queeeeeeeé, justo ese pez que tenía nombre y era totalmente identificable, si se hubiera muerto alguno de los otros peces que todavía no han sido bautizados no me hubiera dado tanta pena.

Y para completar la tragedia, ayer encontré otro pececito muerto. Era un pez bastante chiquito, y no tenía nombre, pero lo trágico es que sólo encontré su cabecita. Parece que se murió y los otros peces decidieron comérselo, horror!!!! No me parece que se mueran los peces, aunque me dicen que es normal que a cada rato se mueran a mi me parece tristísimo, voy a estar llorando todos los días por que se murió otro pez???

Esa es la parte triste de tener mascotitas, supongo. Otro día les pongo una fotito de la pecera porque ahora me parece que no está conectado el cable para bajar las fotos y ya saben que yo soy taba tecnológica.

Y esas fueron las novedades, prometo pasar por sus blogs lo más pronto posible. Hasta miedo me da de abrir el G Reader y ver cuantos posts se me han acumulado en estas semanas. Y ahora por fin con la PC operativa espero postear más seguido. PC, no te vuelvas a malograr, por favor.