Bueno, hoy estoy de cumpleaños. Cumplo 34, juaaaaaaaat???, si, si 34, los años pasan pues.
Por lo general nunca he sido muy amiga de mis cumpleaños, digo “mis” porque los cumpleaños de otras personas sí me encantan, no sé por qué.
De niña siempre celebraba mi cumpleaños, creo que cuando entré a la adolescencia fue que dejé de celebrarlos, hasta que cumplí 18 años, cuando, contra mi voluntad y aprovechando una fiebre que me vino días antes, mi mamá organizó una reunión-tono en la casa y ella se encargó de invitar a medio mundo. Cuando me enteré casi me regresa la fiebre, pero ya estaba hecho. Pero debo admitir que la reunión salió muy bien y me divertí bastante.
De ahí nuevamente dejé de hacer celebraciones, y cuando digo celebraciones me refiero a tirar la casa por la ventana. Prefería pasar mi cumpleaños más tranqui, en familia, o salir a comer, o puede ser que hasta a bailar pero con alguna pareja de amigos nomás, algo no tan multitudinario.
Cuando me casé y me vine a vivir a Chile regresaron nuevamente las celebraciones en la casa. Bueno, tenía nuevos amigos, tenía una casa donde vivíamos mi esposo y yo y donde podía hacer y deshacer lo que quisiera y debo admitir que tampoco la pasé mal, es más, el año pasado, a pesar de pasarme todo el día preparando lasagnas para mis invitados, debo admitir que me gustó mi cumpleaños, y hasta me encantó que me canten happy birthday algo que en verdad siempre había detestado por considerarlo un momento rochoso.
Pero este año sí que no tengo nada de ganas de celebrar, y mi cumpleaños me está llegando altamente. Razones las siguientes:
1. Tercer cumpleaños que paso acá y de verdad extraño recibir el abrazo de mis padres y de mis hermanos. Tengo el abrazo de mi esposo gracias a Dios, pero igual siempre me queda una vocecita dentro mío la cual me dice que sería más feliz si el apachurrón incluyera a toda la familia.
2. Me había prometido no volver a tocar el tema pero sorry no puedo superarlo todavía. La pérdida que sufrí hace un mes es algo que aún me tiene triste y el recuerdo me asalta en los momentos menos pensados arrancándome varias lágrimas. Yo me había imaginado que en este cumpleaños ya tendría un pequeño ser jugando dentro de mí y que la barriguita ya estaría empezando a crecer, pero nada... ya saben la historia. Si la barriga me está creciendo es simplemente por la cantidad de chocolates que me ando empujando últimamente.
3. Mi esposo está con una sobrecarga de trabajo inmensa y prácticamente ni lo veo. Sale tempranísimo y llega tardísimo, con las justas podemos conversar un rato y de ahí nos vence el sueño, y eso, si es que no trae trabajo para la casa y se queda despierto hasta la madrugada. Y esto es con fin de semana incluido... En todo caso, ver a mi esposo tan estresado y desmotivado, es algo que no me hace para nada feliz.
4. Para completar mi “lindo” cumpleaños, hace días que no puedo publicar nada en blogger, y no tengo idea del por qué. Estoy escribiendo este post en una cabina y la actualización de mi post anterior fue una fina cortesía de mi hermana a quien le pasé el texto por messenger y ella tan linda se encargó de postearlo. No tengo idea que estará pasando, ya escribí un mail a blogger y no me dan solución y tal pareciera que el problema sólo lo tengo yo, ahora sólo falta que me estén hackeando, eso sí ya sería el colmo.
Bueno ya fue suficiente hígado, tampoco quiero pecar de desagradecida... A ver, dentro de todo estoy viva y con salud, creo que eso ya es bastante, tengo un esposo que adoro, una familia que adoro también y que aunque tengo lejos siempre me tienen presente, tengo amigos que se han vuelto como mis hermanos, tengo un techo que me protege, comida que llevarme a la boca y hasta un blog para desahogarme y no invertir en psicólogos. No estoy tan mal, consuélome yo misma.
A ver, para terminar este post que me está saliendo kilométrico, hace tiempo quería hacer una cadenita que estuvo circulando por varios blogs hace unos meses pero como nadie me la envió, nunca la hice. Pero como este es mi blog y acá puedo hacer lo que quiera, la hago pues, qué importa que nadie me la haya enviado, aparte la ocasión me parece perfecta para hacer un pequeño recuento de mi vida. Ahí va:
10 años atrás yo: Ya tenía un tiempo de egresada de la facu, y de practicante ad honorem en diversas productoras y canales de TV, cuando entré a trabajar al que fuera el canal Monitor de Telecable (ese donde está prisionera Laura Bozzo, sigue allí??). Entré a trabajar en deportes al comienzo y me quedé cuatro años allí, sufriendo todas las alianzas del canal y pasando por diversos programas. Fue una época muy bonita, llena de anécdotas y de amigos que conservo hasta la actualidad.
5 años atrás yo: Mi vida se repartía entre la Universidad de Lima y la Universidad Católica, de jefe de práctica de varios cursos en la facultad de Comunicaciones. Toda una experiencia esto de enseñar pero ahí creo que me di cuenta que no tengo mayor vocación para la docencia, o de repente no tengo mucha paciencia. En todo caso allí también tengo miles de anécdotas entre grabaciones, corrección de guiones y mil y un temas con mis alumnos. Ya tenía un tiempo de enamorada con mi esposo, y la palabra “matrimonio” comenzaba a ser más frecuente en nuestras conversaciones.
1 año atrás yo: Ya iba en mi segundo año en Chile, y recuperándome de la crisis emocional que sufrí cuando recién llegué. Busqué trabajo todo el año, sin éxito... pero empecé a hacer méritos en mi etapa de Desperate Housewife, al menos aprendí a cocinar, y bien rico... Digamos que el 2005 las cosas fueron mejorando a todo nivel, fue un buen año, no lo puedo negar.
Ayer yo: Nada especial, pataleé como loca tratando de publicar un post, arreglé la casa, cociné, chateé un rato y en la tarde fui a visitar a una amiga.
Por lo general nunca he sido muy amiga de mis cumpleaños, digo “mis” porque los cumpleaños de otras personas sí me encantan, no sé por qué.
De niña siempre celebraba mi cumpleaños, creo que cuando entré a la adolescencia fue que dejé de celebrarlos, hasta que cumplí 18 años, cuando, contra mi voluntad y aprovechando una fiebre que me vino días antes, mi mamá organizó una reunión-tono en la casa y ella se encargó de invitar a medio mundo. Cuando me enteré casi me regresa la fiebre, pero ya estaba hecho. Pero debo admitir que la reunión salió muy bien y me divertí bastante.
De ahí nuevamente dejé de hacer celebraciones, y cuando digo celebraciones me refiero a tirar la casa por la ventana. Prefería pasar mi cumpleaños más tranqui, en familia, o salir a comer, o puede ser que hasta a bailar pero con alguna pareja de amigos nomás, algo no tan multitudinario.
Cuando me casé y me vine a vivir a Chile regresaron nuevamente las celebraciones en la casa. Bueno, tenía nuevos amigos, tenía una casa donde vivíamos mi esposo y yo y donde podía hacer y deshacer lo que quisiera y debo admitir que tampoco la pasé mal, es más, el año pasado, a pesar de pasarme todo el día preparando lasagnas para mis invitados, debo admitir que me gustó mi cumpleaños, y hasta me encantó que me canten happy birthday algo que en verdad siempre había detestado por considerarlo un momento rochoso.
Pero este año sí que no tengo nada de ganas de celebrar, y mi cumpleaños me está llegando altamente. Razones las siguientes:
1. Tercer cumpleaños que paso acá y de verdad extraño recibir el abrazo de mis padres y de mis hermanos. Tengo el abrazo de mi esposo gracias a Dios, pero igual siempre me queda una vocecita dentro mío la cual me dice que sería más feliz si el apachurrón incluyera a toda la familia.
2. Me había prometido no volver a tocar el tema pero sorry no puedo superarlo todavía. La pérdida que sufrí hace un mes es algo que aún me tiene triste y el recuerdo me asalta en los momentos menos pensados arrancándome varias lágrimas. Yo me había imaginado que en este cumpleaños ya tendría un pequeño ser jugando dentro de mí y que la barriguita ya estaría empezando a crecer, pero nada... ya saben la historia. Si la barriga me está creciendo es simplemente por la cantidad de chocolates que me ando empujando últimamente.
3. Mi esposo está con una sobrecarga de trabajo inmensa y prácticamente ni lo veo. Sale tempranísimo y llega tardísimo, con las justas podemos conversar un rato y de ahí nos vence el sueño, y eso, si es que no trae trabajo para la casa y se queda despierto hasta la madrugada. Y esto es con fin de semana incluido... En todo caso, ver a mi esposo tan estresado y desmotivado, es algo que no me hace para nada feliz.
4. Para completar mi “lindo” cumpleaños, hace días que no puedo publicar nada en blogger, y no tengo idea del por qué. Estoy escribiendo este post en una cabina y la actualización de mi post anterior fue una fina cortesía de mi hermana a quien le pasé el texto por messenger y ella tan linda se encargó de postearlo. No tengo idea que estará pasando, ya escribí un mail a blogger y no me dan solución y tal pareciera que el problema sólo lo tengo yo, ahora sólo falta que me estén hackeando, eso sí ya sería el colmo.
Bueno ya fue suficiente hígado, tampoco quiero pecar de desagradecida... A ver, dentro de todo estoy viva y con salud, creo que eso ya es bastante, tengo un esposo que adoro, una familia que adoro también y que aunque tengo lejos siempre me tienen presente, tengo amigos que se han vuelto como mis hermanos, tengo un techo que me protege, comida que llevarme a la boca y hasta un blog para desahogarme y no invertir en psicólogos. No estoy tan mal, consuélome yo misma.
A ver, para terminar este post que me está saliendo kilométrico, hace tiempo quería hacer una cadenita que estuvo circulando por varios blogs hace unos meses pero como nadie me la envió, nunca la hice. Pero como este es mi blog y acá puedo hacer lo que quiera, la hago pues, qué importa que nadie me la haya enviado, aparte la ocasión me parece perfecta para hacer un pequeño recuento de mi vida. Ahí va:
10 años atrás yo: Ya tenía un tiempo de egresada de la facu, y de practicante ad honorem en diversas productoras y canales de TV, cuando entré a trabajar al que fuera el canal Monitor de Telecable (ese donde está prisionera Laura Bozzo, sigue allí??). Entré a trabajar en deportes al comienzo y me quedé cuatro años allí, sufriendo todas las alianzas del canal y pasando por diversos programas. Fue una época muy bonita, llena de anécdotas y de amigos que conservo hasta la actualidad.
5 años atrás yo: Mi vida se repartía entre la Universidad de Lima y la Universidad Católica, de jefe de práctica de varios cursos en la facultad de Comunicaciones. Toda una experiencia esto de enseñar pero ahí creo que me di cuenta que no tengo mayor vocación para la docencia, o de repente no tengo mucha paciencia. En todo caso allí también tengo miles de anécdotas entre grabaciones, corrección de guiones y mil y un temas con mis alumnos. Ya tenía un tiempo de enamorada con mi esposo, y la palabra “matrimonio” comenzaba a ser más frecuente en nuestras conversaciones.
1 año atrás yo: Ya iba en mi segundo año en Chile, y recuperándome de la crisis emocional que sufrí cuando recién llegué. Busqué trabajo todo el año, sin éxito... pero empecé a hacer méritos en mi etapa de Desperate Housewife, al menos aprendí a cocinar, y bien rico... Digamos que el 2005 las cosas fueron mejorando a todo nivel, fue un buen año, no lo puedo negar.
Ayer yo: Nada especial, pataleé como loca tratando de publicar un post, arreglé la casa, cociné, chateé un rato y en la tarde fui a visitar a una amiga.
Bueno, este post sí me salió re-largo, sorry pero era necesaria la catarsis. Les envío un pedazo de torta virtual a cada uno (Schatz, pye de manzana para ti). Tenía toda la intención de publicar una foto de la torta pero tomando en cuenta que estoy en una cabina y el tiempo pasa, ya fue... así que cada uno imagínese su torta favorita y chape su pedazo nomás, con confianza...