Alexandra fue mi mejor amiga en mi niñez. Ella es una semana menor que yo, y es mi tía. Sí, raro tener una tía menor que yo, pero eso suele suceder cuando tus papás se casan tan jóvenes. Su papá es el primo de mi abuelo, obviamente un primo mucho menor que mi abuelo, mas bien contemporáneo con mis papás. Mis papás y sus papás eran muy amigos aparte de la relación familiar y con ellos nos recorrimos casi todo el Perú, siempre en el VW escarabajo azul de mis papis.
Me cuentan que yo era una buena viajera, por lo general yo cargaba con mi almohada en forma de pato, e iba durmiendo feliz las cuchucientas horas que duraba el viaje. Hasta ahora soy así, yo duermo de lo más rico en aviones, buses, etc. La verdad es que para ser tan pequeña no se como aguantaba un viaje Lima-Trujillo por ejemplo, la mayoría de niños se aburrirían, pero yo no. Entre los niños que se aburrían estaba Alexandra que en cada parada quería pasarse a nuestro auto, y a veces lo hacía, pero fastidiaba tanto que mis papás la regresaban a su auto en la siguiente parada. Ale era la típica niña Quico, tenía todos los juguetes que se puedan imaginar, es más, tenía un cuarto en su casa exclusivamente para sus juguetes, yo cuando iba a su casa me sentía en el paraíso. Yo era la niña Chavo, tenía algunos pocos juguetes muy queridos y en los viajes me bastaba con mi almohada de patito que tenía doble función: juguete y almohada obviamente. Pero como suele ocurrir, en uno de estos viajes en que Ale estaba aburrida de jugar con las quinientas barbies que había llevado al viaje, no se le ocurrió mejor idea que querer quitarme mi almohada-pato y llevársela a su auto. No pues, yo era buena onda pero nunca tanto, quise disuadirla por las buenas, pero las niñas de 3 años no entienden razones así que empezamos cada una a jalonear a la pobre almohada hasta que pasó lo que tenía que pasar, raaaaac, se rompió la tela por la mitad y toda la espuma empezó a salirse de mi malherida patoalmohada. Recuerdo que sufrí y lloré como loca, por más que mi mamá prometió coser mi almohada ni bien llegáramos a Lima, nada podía consolarme y lloré amargamente metida en el closet del hotel...
Mejor explico eso: siempre que viajaba con mis papás, para no dormir en la cama con ellos prefería dormir en el closet. Abría el closet, acomodaba frazadas, toallas o lo que fuera para hacerme un colchón, cogía mi patoalmohada y ahí dormía de lo más cómoda y alucinando que estaba en mi cuarto privado. Al menos me las ingeniaba para dormir cómoda y feliz... Finalmente, volviendo a la patoalmohada, mi mami cumplió su promesa y cosió mi almohadita y fui feliz. Yo a Ale la quería mucho pero definitivamente era mi karma.
Recuerdan que en el post anterior les conté sobre mi primer beso??. Pues me había olvidado de un beso anterior, y acá lo cuento. Tendríamos unos 5 años y Ale acababa de llegar de Estados Unidos donde vivió un tiempín de chiquita y en ese entonces estaba viviendo en una suite del Country Club mientras sus papás buscaban casa en Lima, mismo “Un Mundo para Julius”. Estábamos bañándonos en la patera bajo la supervisión de la empleada, cuando a Ale se le ocurrió ir a explorar la piscina grande. Ale ya sabía nadar y yo no, pero yo sabía leer y Ale no. Le advertí a Ale, de lo más sigue-reglas yo, que había un cartel que decía “Prohibido el ingreso a menores de 6 años”, Ni bola me dio, me dijo que ella ya había entrado antes y que había un sitio donde sí teníamos piso y aparte la empleada estaba ahí cuidándonos. Ja ja, sí claro. Me convenció y nos metimos. Al principio perfecto, teníamos piso, pero luego Ale decidió ir agarrándose del borde de la piscina hasta las escaleritas, donde no teníamos piso. Yo de pura monga la seguí y claro!, al subir las escaleras me resbalé y caí dentro de la piscina directo hacia el fondo. Recuerdo que me hundía y veía piernas y brazos de gente que estaba dentro de la piscina, quería tocarlos y no llegaba, me faltaba el aire, desesperadamente traté de sacar una mano a la superficie y parece que esa táctica dio resultado, sentí que alguien me levantaba, salí a la superficie y creo que me desmayé. Lo siguiente que recuerdo es estar echada en el piso, con un montón de gente en círculo alrededor mío, y encima mío a un fortachón dándome respiración boca a boca. Ese fue mi primer beso, lindo no??. Resulta que era el salvavidas de la otra piscina que ya estaba de salida, vio mi mano en la superficie, y se tiró con zapatos y todo a salvarme. Gracias señor salvavidas donde quiera que se encuentre. De ahí ni más volví a hacerle caso a Ale con sus aventuras, mis papás me metieron a clases de natación y por lo menos aprendí a flotar y a nadar estilo perrito.
Ale vivió poco tiempo en Perú; por el trabajo de su papá le tocó vivir en distintos países. Ya había vivido en EEUU de muy chiquita y cuando teníamos 7 años se fue a vivir a España y me rompió el corazón, recuerdo las lágrimas en el aeropuerto, se iba mi amiga querida, sabe Dios por cuánto tiempo, en ese entonces pensaba que volvería algún día pero no lo hizo, nunca más regresó a vivir a Perú, pero igual seguimos manteniendo correspondencia con las cartitas que nos mandábamos contándonos nuestras cosas de niñas.
A nuestros 15 años, Ale estaba viviendo en Caracas y yo estuve ahí un mes visitándola y asistiendo a su colegio... Fue una visita muy bonita, ya no éramos las niñitas de antes, ya estábamos en la etapa de los primeros enamorados pero la amistad seguía siendo la misma...
Ale se casó en el año 2000, en California. Tuvo una boda de princesa, realmente toda su vida fue de princesa. A mí me nombró su dama de honor y me invitó a su matrimonio con pasaje y vestido de dama incluido. Sí pues, ríanse, boda típicamente gringa. Cuando recibí la invitación me congelé pensando en vestidos rosados y sombreros alones, misma Rachel en un capítulo de Friends, pero imposible negarme, era Ale quien me lo estaba pidiendo. Aparte ni tonta para rechazar un viaje a California, no?? Por suerte Ale tiene buen gusto y el vestido y los zapatos eran preciosos, de diseñador y todo. Lo único que me fastidió fue el peinado que nos hicieron a todas las damas, no me gustan los moños, pero ni modo, era su boda y ella quería a sus diez damas con moño.
La boda fue de ensueño pero el matrimonio no, duró muy poco, nunca supe las razones exactas de la separación de su cuerísimo esposo, (hasta el marido era perfecto en esa boda). Me dio mucha pena cuando supe la noticia, pero un tiempo después conoció a un hombre buenísimo, con el cual se casó, esta vez en una boda super sencilla, y hace unos meses acaban de tener un precioso bebé: mi primito, tengo un primito recién nacido!!
No nos escribimos muy seguido pero siempre nos saludamos por nuestros cumples y otras fechas especiales. Es de esas amigas que siempre van a estar allí, no la veo desde hace seis años y sabe Dios cuándo la volveré a ver, a no ser que coincidamos las dos en un viaje a Perú, pero eso está difícil. Alexandra es de esas personas que siempre vas a sentir cercanas, que siempre van a ser amigas y aunque el tiempo pase, siempre serán muy importantes y queridas en tu vida.
Me cuentan que yo era una buena viajera, por lo general yo cargaba con mi almohada en forma de pato, e iba durmiendo feliz las cuchucientas horas que duraba el viaje. Hasta ahora soy así, yo duermo de lo más rico en aviones, buses, etc. La verdad es que para ser tan pequeña no se como aguantaba un viaje Lima-Trujillo por ejemplo, la mayoría de niños se aburrirían, pero yo no. Entre los niños que se aburrían estaba Alexandra que en cada parada quería pasarse a nuestro auto, y a veces lo hacía, pero fastidiaba tanto que mis papás la regresaban a su auto en la siguiente parada. Ale era la típica niña Quico, tenía todos los juguetes que se puedan imaginar, es más, tenía un cuarto en su casa exclusivamente para sus juguetes, yo cuando iba a su casa me sentía en el paraíso. Yo era la niña Chavo, tenía algunos pocos juguetes muy queridos y en los viajes me bastaba con mi almohada de patito que tenía doble función: juguete y almohada obviamente. Pero como suele ocurrir, en uno de estos viajes en que Ale estaba aburrida de jugar con las quinientas barbies que había llevado al viaje, no se le ocurrió mejor idea que querer quitarme mi almohada-pato y llevársela a su auto. No pues, yo era buena onda pero nunca tanto, quise disuadirla por las buenas, pero las niñas de 3 años no entienden razones así que empezamos cada una a jalonear a la pobre almohada hasta que pasó lo que tenía que pasar, raaaaac, se rompió la tela por la mitad y toda la espuma empezó a salirse de mi malherida patoalmohada. Recuerdo que sufrí y lloré como loca, por más que mi mamá prometió coser mi almohada ni bien llegáramos a Lima, nada podía consolarme y lloré amargamente metida en el closet del hotel...
Mejor explico eso: siempre que viajaba con mis papás, para no dormir en la cama con ellos prefería dormir en el closet. Abría el closet, acomodaba frazadas, toallas o lo que fuera para hacerme un colchón, cogía mi patoalmohada y ahí dormía de lo más cómoda y alucinando que estaba en mi cuarto privado. Al menos me las ingeniaba para dormir cómoda y feliz... Finalmente, volviendo a la patoalmohada, mi mami cumplió su promesa y cosió mi almohadita y fui feliz. Yo a Ale la quería mucho pero definitivamente era mi karma.
Recuerdan que en el post anterior les conté sobre mi primer beso??. Pues me había olvidado de un beso anterior, y acá lo cuento. Tendríamos unos 5 años y Ale acababa de llegar de Estados Unidos donde vivió un tiempín de chiquita y en ese entonces estaba viviendo en una suite del Country Club mientras sus papás buscaban casa en Lima, mismo “Un Mundo para Julius”. Estábamos bañándonos en la patera bajo la supervisión de la empleada, cuando a Ale se le ocurrió ir a explorar la piscina grande. Ale ya sabía nadar y yo no, pero yo sabía leer y Ale no. Le advertí a Ale, de lo más sigue-reglas yo, que había un cartel que decía “Prohibido el ingreso a menores de 6 años”, Ni bola me dio, me dijo que ella ya había entrado antes y que había un sitio donde sí teníamos piso y aparte la empleada estaba ahí cuidándonos. Ja ja, sí claro. Me convenció y nos metimos. Al principio perfecto, teníamos piso, pero luego Ale decidió ir agarrándose del borde de la piscina hasta las escaleritas, donde no teníamos piso. Yo de pura monga la seguí y claro!, al subir las escaleras me resbalé y caí dentro de la piscina directo hacia el fondo. Recuerdo que me hundía y veía piernas y brazos de gente que estaba dentro de la piscina, quería tocarlos y no llegaba, me faltaba el aire, desesperadamente traté de sacar una mano a la superficie y parece que esa táctica dio resultado, sentí que alguien me levantaba, salí a la superficie y creo que me desmayé. Lo siguiente que recuerdo es estar echada en el piso, con un montón de gente en círculo alrededor mío, y encima mío a un fortachón dándome respiración boca a boca. Ese fue mi primer beso, lindo no??. Resulta que era el salvavidas de la otra piscina que ya estaba de salida, vio mi mano en la superficie, y se tiró con zapatos y todo a salvarme. Gracias señor salvavidas donde quiera que se encuentre. De ahí ni más volví a hacerle caso a Ale con sus aventuras, mis papás me metieron a clases de natación y por lo menos aprendí a flotar y a nadar estilo perrito.
Ale vivió poco tiempo en Perú; por el trabajo de su papá le tocó vivir en distintos países. Ya había vivido en EEUU de muy chiquita y cuando teníamos 7 años se fue a vivir a España y me rompió el corazón, recuerdo las lágrimas en el aeropuerto, se iba mi amiga querida, sabe Dios por cuánto tiempo, en ese entonces pensaba que volvería algún día pero no lo hizo, nunca más regresó a vivir a Perú, pero igual seguimos manteniendo correspondencia con las cartitas que nos mandábamos contándonos nuestras cosas de niñas.
A nuestros 15 años, Ale estaba viviendo en Caracas y yo estuve ahí un mes visitándola y asistiendo a su colegio... Fue una visita muy bonita, ya no éramos las niñitas de antes, ya estábamos en la etapa de los primeros enamorados pero la amistad seguía siendo la misma...
Ale se casó en el año 2000, en California. Tuvo una boda de princesa, realmente toda su vida fue de princesa. A mí me nombró su dama de honor y me invitó a su matrimonio con pasaje y vestido de dama incluido. Sí pues, ríanse, boda típicamente gringa. Cuando recibí la invitación me congelé pensando en vestidos rosados y sombreros alones, misma Rachel en un capítulo de Friends, pero imposible negarme, era Ale quien me lo estaba pidiendo. Aparte ni tonta para rechazar un viaje a California, no?? Por suerte Ale tiene buen gusto y el vestido y los zapatos eran preciosos, de diseñador y todo. Lo único que me fastidió fue el peinado que nos hicieron a todas las damas, no me gustan los moños, pero ni modo, era su boda y ella quería a sus diez damas con moño.
La boda fue de ensueño pero el matrimonio no, duró muy poco, nunca supe las razones exactas de la separación de su cuerísimo esposo, (hasta el marido era perfecto en esa boda). Me dio mucha pena cuando supe la noticia, pero un tiempo después conoció a un hombre buenísimo, con el cual se casó, esta vez en una boda super sencilla, y hace unos meses acaban de tener un precioso bebé: mi primito, tengo un primito recién nacido!!
No nos escribimos muy seguido pero siempre nos saludamos por nuestros cumples y otras fechas especiales. Es de esas amigas que siempre van a estar allí, no la veo desde hace seis años y sabe Dios cuándo la volveré a ver, a no ser que coincidamos las dos en un viaje a Perú, pero eso está difícil. Alexandra es de esas personas que siempre vas a sentir cercanas, que siempre van a ser amigas y aunque el tiempo pase, siempre serán muy importantes y queridas en tu vida.
20 comentarios:
Bonita historia Ursula :)
Deberías pasarle una copia de este post a Ale, estoy seguro que se va a alegrar.
Parece mentira pero a veces algunas amistades se conservan mejor a la distancia puesto que algunas veces la cotidianeidad o las situaciones de vida las pueden llegar a contaminar.Cual será ese vínculo que conecta a dos personas a traves del tiempo y los años transcurridos?
Mejor no averiguarlo y a seguirlo disfrutando no?
Besos
Schatz
Linda foto, que bacán que tuvistes unos padres aventureros. Las amistades de la chiquititud son inolvidables.
Vaya! Nunca tuve amigo(a)s así, todos mis patas tiene fecha de expiración pasado los diez años, salvo uno que esta viviendo en mi jato que tiene mas de catorce y ya esta vencido. (es broma!)
Sé que si volviera a cruzarme con antiguos amigos los encuentros serían emotivos, pero nada más.
Slaudos.
Qué linda memoria. Yo también tengo varias amigas así que años no las veo y cada reencuentro (cada década) es como si el tiempo nunca hubiera pasado, al menos no en nuestro interior, porque en el exterior a veces vienen con esposo e hijos, jaja. Me hiciste recordar mucho a mi amiga Paola.
Ah y me encantó tu clasificación de niños... Yo supongo que fui una niña Chilindrina, jaja.
Qué bonita historia. Yo tengo unas amiga s a las que dejé de ver a los 10 años. Nos reencontramos a los 21 y fue increíble. Hechos unos adultos... además que estan guapísimas!
que bonito tener gente para querer no? :D
pero queeeeeee preciosa historia, y la foto es un encannnnto... a todo esto ¿on tará mi mejor amiga-compinche la Mariafé? la princesita era ella, la q andaba prendida d su lobito-hecho-por-mamita era yo. tambien tuve otra amiga d niñez para la cual la princesita fui yo... cosas q tiene la vida porque a ninguna la veo.
Realmente tienes un don. la forma de contar las historias de tu vida, demuestran una facilidad para hacer de las cosas simples vividas, historias para compartir y enternecer a quienes no tuvieron la suerte de conocerte de niña. Sigue escribiendo y contandonos tus historias.
Carlos Olle
Encuentro tu blog siempre lleno de mucha nostalgia, intentando pensar en el pasado, los recuerdos, las fotos antigua, debes haber tenido una infancia excelente....
Ah hablando de patas infantiles, saludos a mi broder Josichón
Preciosa historia...
[será que estoy sencible] me hizo recordar a mi amiga de infancia !!
Por aquí sigo volando!!
De recuerdos añejos se cosechan bonitas historias y lindas amistades...el tema es no borrarlas nunca de la memoria...!!!
Que linda historiaaaa, me trajo algunos recuerdos de mi chiquititud, muuy linda la historia, de verdad me encanto.
besos,
Margee
Que buena que buena esa la de RAAAC jajajajajaja...
Te rompio la muñeka!!! jjajajaaja... y esa la de niña kiko y tu niña chavo jajajaajajajaja buenaza!!! jajjajaajjaa..
Ta buenisimo este post ajajajajajajajaja...
Y esa la del beso con el salvavidas jaajajjajajaajajaaja
Weno lei por hay que me dijiste que tengo como 15 mensajes plop!!! jajajajajaja no hagas palta pss!! jajajaja.. Ya weno! hay nos vemos!!... hasta otro post de la niñez!! jajajajaa
pensé que era la única que dormía en los clósets y viajaba sin molestar a nadie.
La blogósfera te depara sorpresas a la vuelta de la esquina.
Se dice que la niñez es una etapa donde uno pasa fugazmente xq ya todos esperan verte crecer, pero la amistad que nace desde chiquitines es tan profunda que ni tu crecimiento afecta ese gran sentiemiento
bonita historia y espero que en un futuro, nos cuentes el reencuentro
te trajiste todas tus fotos antiguas desde Lima?
ahi vamos
yo fui una vez en carro con mis papis hasta cajamarca: vomité en trujillo... se ve claramente en una de las fotos al llegar a cajamarca: mi hermana tiene la pijama completa: yo solo el pantalon y otro polo :-(
Que romántico tu primer beso, no cabe duda de que el senhor salvavidas cumplió tu misión y te SALVO la vida ...
Y tu mami, buena cirujana, opero a la almohada-pato... un EXITO!
hola!!! (del asunto aquel, todo viento en popa, sale el 1) lindo texto. Y sí, las mejores amigas son las de la chiquititud (generalmente primas) y uno las quiere con todo el corazón aún cuando no las vea mucho.
Bueno yo era de las que viajaban pésimo, se aburrían y vomitaban a morir (hasta que los scouts me quitaron tanto engreimiento acumulado, je!)
diablos, me arrancaste una lagrima.
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