Mi niñez

A raíz de una serie de posts que viene escribiendo mi sis, empecé a recordar algunos eventos de mi chiquititud.

El recuerdo más lejano que tengo fue el terremoto de 1974. Yo tenía 2 años y medio, así que me parece curioso tener recuerdos de tan corta edad, pero los tengo. Me acuerdo la siguiente escena: mi Nonnita en su bata rosada floreada (eran las 9 de la mañana), gritaba como loca “Tembloooooooor!!, tembloooooooooooor!!!”, abrazada del árbol que estaba en la puerta de mi casa. Con un brazo se prendía del árbol y con el otro brazo me tenía cogida a mí que miraba desconcertada cómo el edificio al frente de mi casa se movía. No recuerdo haberme asustado, pero sí me han contado que la escena de mi Nonnita prendida del árbol se me quedó tan grabada que durante un tiempo cada vez que veía un árbol le decía “temblor”.

De muy niña también me llevaron a Pisco, el pueblo natal de mi Tota, mi abuelita materna. Entramos a una iglesia donde había una estatua de una virgen bastante antigua y deteriorada a la cual le faltaban los dedos de la mano. Me cuentan que me puse a chillar como loca “La virgen no tiene yetos, buaaaaaaa, no tiene yetos”, o sea, yetos = dedos. Desde chiquita me sacó de quicio ver algo mal hecho o incompleto, no se por qué. Tampoco soportaba los finales tristes, para mí el lobo jamás se comió a la abuela de Caperucita, sino que los tres terminaban bailando felices. Tengo entendido que ahora estos clásicos cuentos infantiles han sido un poco cambiados para que no sean tan traumáticos para los niños. Me parece excelente y me considero una pionera en finales felices, o mas bien mis papás y mis abuelos fueron los pioneros por tener que cambiarles el final a todos los cuentos para que no me ponga histérica. Yo lloraba hasta cuando le sacaban las pulgas al perro porque “pobrecitas las pulguitas”. Creo que siempre fui demasiado sensible y me dura hasta ahora, sigo siendo una llorona.

Ya les he contado antes que mis papás se casaron jovencísimos y que yo fui una niña que tuve que adaptarme a su ritmo de vida universitario. Generalmente me iba a la universidad con mi mami y ella me dejaba con sus amigos en la cafetería de arquitectura para que me cuiden mientras duraban sus clases. Yo feliz, engreidísima, ninguno de los amigos de mi mamá tenía hijos todavía así que yo paraba llena de regalitos y chocolates, y de lo mas bien cuidada por todos mis “tíos”. Hasta un amigo de mi mami una vez me escribió un poema, yo tenía dos años y conservo el poema hasta el día de hoy. Como me parece tan simpático acá lo transcribo.

Ursula, chiquita gritona,
niña monona con su elastimona
Cuando está tranquilita, espanta
y al llorar ni su mamá la aguanta
Cuando le quitan su michi
se hace la pichi
Ojitos de caramelo
tan bonitos como su pelo
envueltos por un pañuelo
que le regaló su mamá
para Navidad
Cuando pega sus gritos
que parecen pitos
arregla todo moviendo los ojitos
y se limpia con su manga sus moquitos
Su mamá le dice “me sacas canas verdes”
y en vez de consolarme me muerdes
y cuando Patty sea vieja y cochocha
Ursulita seguirá siendo linda y pechocha

No es lo máximo el poema???. Miren ustedes, resulta que yo también era linda y pechocha desde chiquita,. Sorry Vero, te robé el puesto, ja ja.. Y alguien sabe qué es una elastimona???

Siempre tuve el cariño de mi familia y de los amigos de mis papás pero siempre estuve sola también. No tenía hermanos, no tenía primos, fui la primera hija, la primera nieta, la primera todo. Tenía mis amigas queridísimas Alexandra y Verónika a quienes conozco desde que éramos bebes y seguimos siendo amigas en la distancia (Ale vive en USA y Vero en Lima). Pero esa amistad no se compara al hecho de crecer con un hermano, yo era una niña muy solitaria y callada, me inventaba mis historias extrañas como la de mi muñeco Mambrú, y por las noches jugaba con mis manos y mis pies. Eran mis cuatro personajes “Manito”, “Manita”, “Piecito” y “Piecita”. Manito y Manita eran hermanos y primos de Piecito y Piecita. Entre ellos conversaban mucho y también se peleaban. Yo me la pasaba horas metida dentro de las sábanas jugando con mis manos y mis pies. Ahora que me imagino la escena me acuerdo de esas películas de niños autistas, y es cierto yo vivía por lo general metida en mi propio mundo y creo que hasta el día de hoy soy así, yo paro hablando sola por las calles, me invento conversaciones imaginarias y la gente me mira extrañada. Pero eso es tema para otro post.

También tenía doble personalidad, habían unos días en que yo no era Ursula sino que era “Lórico”, un niño que vivía en la cocina. Los días que amanecía como Lorico si alguien me llamaba como Ursula ni me molestaba en voltear, yo era Lórico pues, y tenían que pedirme permiso para entrar a la cocina porque esa era mi casa. Pero como Lórico era buena onda, siempre le daba permiso a quien quisiera entrar, sobre todo a la empleada a quien ya debo haberla tenido podrida pidiéndome permiso. Lórico de vez en cuando interrogaba a mi mami preguntándole cosas como “Y tú conoces a Ursula?, es buena?, es linda??” Sería inseguridad??, es posible, hasta ahora soy la mujer más insegura del planeta.

Tengo muchos recuerdos que se me vienen a la mente de una infancia bastante tranquila pero solitaria también, recuerdo a mi Nonno leyéndome cuentos antes de irme a dormir, hasta que me aprendí los cuentos de memoria y después yo se los leía a él... recuerdo a R, un amiguito del nido con el que me iba a casar hasta que R en un arranque de amor me regaló una cucaracha metida en un frasco y todos mis planes matrimoniales quedaron anulados automáticamente.

También recuerdo a F, que vivía por la casa de mi Tota y con quien nos juramos amor eterno cuando teníamos 6 años. Nos escondíamos detrás de unos arbustos para besarnos y su hermana mayor siempre nos veía y se mataba de la risa. Con F ya hasta le habíamos puesto nombre a nuestros hijos y un día le informé solemnemente a mi papá que estaba enamorada de F y me iba a casar con él. No se como mi papi no se mató de risa en mi cara, por favor, era una criatura. Ya ni me acuerdo que fue lo que me dijo mi papi... pobre, qué le respondes a una niña de 6 años enamorada????. Mi historia con F terminó un día en que estábamos en su casa, y yo quería ir al baño y de lo más inocente le pedí que me acompañe para seguir conversando. F se espantó y me dijo que no, que se supone que cuando las personas se casan se conocen todo el cuerpo, pero que a nosotros todavía nos faltaba mucho para casarnos, que mejor lo dejáramos para cuando fuéramos más grandes. Juaaaaaaaaaat??!!, yo solamente quería seguir conversando y a mí me parecía algo recontra natural, como meterme al baño con una amiga. Claro, F tenía hermanos mayores y sabía cosas que yo ni enterada. Ese día murió mi inocencia de niñita y nunca más hubo besos con F, aunque seguimos siendo muy amigos como hasta los 12 años.

Fui una niña estudiosa, tranquilaza y muy sensible, me oriné en la cama hasta los 5 años, no se por qué, quizás era nerviosismo, quizá mi forma de llamar la atención, no se... me gustaría ser psicóloga para analizarme. En todo caso lo que sí estoy segura es que fui una niña muy amada, muy querida, pero muy sola. Hasta que nació mi hermana cuando estaba por cumplir 8 años y mi vida cambió y me llené de responsabilidades auto impuestas... Pero esa ya es otra historia...

Con mis papis en sus épocas hippies